Las noches en las que Ismael venía a hacer de canguro fueron pocas pero eternas.
Recuerdo que sin decirme nada ya sabía lo que tenía que hacer.
Cuando todos estuvieran dormidos tenía que bajar al comedor a sentarme en sus piernas hasta que se cansara.
Esto solo fueron unos días.
El plato fuerte sucedió un día inesperado en los que, cómo todas las noches bajé para hacer lo mismo de siempre, pero él ya se aburrió de aquello.
Me acuerdo que le picó una medusa en la playa, justamente en el muslo.
Y me dijo que le lamiera para curarle.
Yo me negué, pero si no lo hacía me chantajeaba.
Empecé a lamer la mancha aquella y sé quitó los pantalones porqué dijo que así sería más cómodo.
Vi una cosa que no había visto en mi vida, un pene en erección.
Luego me dijo que ya no le dolía la mancha de la medusa, que le lamiera lo que tenía entre las manos.
Yo no quería.
Y él me arrastraba y me puso la cara encima, pero yo no hacía nada.
Él se enfadó y me dijo, ya enfadado, que por favor lamiera aquella zona o que abriera la boca.
Finalmente lamí un poco y me obligó a tocarle.
Si no lo hacía bien (según él ) se enfadaba mucho.
Decía que tenía que hacerlo bien porque sino diría a todo el mundo que yo era una puta.
En una de esas.
Mientras él me estaba obligando a tocarle, recuerdo que trajo a casa una cinta de vídeo y la puso y me dijo que hiciera la mismo que hacía la chica en la película.
Se trataba de una película pornográfica.
No podía hacer aquellas cosas.
Primero, porqué aquellas imágenes me impactaron y segundo porqué Ismael me daba asco.
Yo estaba mirando aquello pero cómo quien mira el infinito. Supongo que me quedé dormida en mi mundo de fantasía, porqué realmente aquello en aquél momento me superó.
Recuerdo que Ismael empezó a tocarme, cómo un cerdo y me sentí sucia, tan sucia que solo tenía ganas de llorar, vomitar y morirme.
Empezó a decirme que yo era su putita.
Él se enfadaba porqué no ponía ganas en el asunto.
Cuando no ponía ganas tocaba mi sexo enfadado y me hacía daño.
Entonces entendía que tenía que hacerlo bien.
Ni siquiera recuerdo cómo acabó aquella noche. Tan solo recuerdo aquellas imágenes.
Sentimientos de tristeza profunda y humillación.
Había una vez una niña.... que gritaba por las noches para huir de su realidad
Había una vez una niña.... que fue abusada sexualmente
Ésta niña fuí yo.
Ésta niña son muchas.
Recuerdo que sin decirme nada ya sabía lo que tenía que hacer.
Cuando todos estuvieran dormidos tenía que bajar al comedor a sentarme en sus piernas hasta que se cansara.
Esto solo fueron unos días.
El plato fuerte sucedió un día inesperado en los que, cómo todas las noches bajé para hacer lo mismo de siempre, pero él ya se aburrió de aquello.
Me acuerdo que le picó una medusa en la playa, justamente en el muslo.
Y me dijo que le lamiera para curarle.
Yo me negué, pero si no lo hacía me chantajeaba.
Empecé a lamer la mancha aquella y sé quitó los pantalones porqué dijo que así sería más cómodo.
Vi una cosa que no había visto en mi vida, un pene en erección.
Luego me dijo que ya no le dolía la mancha de la medusa, que le lamiera lo que tenía entre las manos.
Yo no quería.
Y él me arrastraba y me puso la cara encima, pero yo no hacía nada.
Él se enfadó y me dijo, ya enfadado, que por favor lamiera aquella zona o que abriera la boca.
Finalmente lamí un poco y me obligó a tocarle.
Si no lo hacía bien (según él ) se enfadaba mucho.
Decía que tenía que hacerlo bien porque sino diría a todo el mundo que yo era una puta.
En una de esas.
Mientras él me estaba obligando a tocarle, recuerdo que trajo a casa una cinta de vídeo y la puso y me dijo que hiciera la mismo que hacía la chica en la película.
Se trataba de una película pornográfica.
No podía hacer aquellas cosas.
Primero, porqué aquellas imágenes me impactaron y segundo porqué Ismael me daba asco.
Yo estaba mirando aquello pero cómo quien mira el infinito. Supongo que me quedé dormida en mi mundo de fantasía, porqué realmente aquello en aquél momento me superó.
Recuerdo que Ismael empezó a tocarme, cómo un cerdo y me sentí sucia, tan sucia que solo tenía ganas de llorar, vomitar y morirme.
Empezó a decirme que yo era su putita.
Él se enfadaba porqué no ponía ganas en el asunto.
Cuando no ponía ganas tocaba mi sexo enfadado y me hacía daño.
Entonces entendía que tenía que hacerlo bien.
Ni siquiera recuerdo cómo acabó aquella noche. Tan solo recuerdo aquellas imágenes.
Sentimientos de tristeza profunda y humillación.
Había una vez una niña.... que gritaba por las noches para huir de su realidad
Había una vez una niña.... que fue abusada sexualmente
Ésta niña fuí yo.
Ésta niña son muchas.
Madre mia... q repugnancia de... no le puedo llamar persona.
ResponderEliminarAdmiro tu fuerza y tu voluntad para poder ayudar a otras personas a que no tengan que sufrir algo así. He leido también tu anterior publicación, hacia mucho tiempo que no venía por aquí.
muchos ánimos y un abrazo enorme. Espero que algún día se dejen de contar estas tristes historias...
Gracias Carla, gracias de verdad.
EliminarSe agradece que se me lea.
Apenas puedo visitaros (los blogs que sigo) precisamente por todo ésto, pero eso no significa que os haya dejado de seguir eh?
Un besote bien fuerte campeona!
Quiero que ese tío se muera ya. Preséntamelo un día, que se va a comer todas las mierdas de mi perro.
ResponderEliminarPrimero leí cómo te habías enfrentado a él años después, al cruzártelo en la calle.
ResponderEliminarHoy simplemente me asombra el valor que tuviste el hacerlo y a la vez soy incapaz de comprender cómo pudiste contenerte. Yo lo habría matado sin dudarlo.
si Nesseah no quiero ir a la cárcel por un delito prescrito que causó él.
EliminarGanas de matarlo, vomitar y arrancarle la cabeza tenia, pero preferí hacerlo bien. Espero que en algun futuro termine entre rejas o por lo menos que viva pudriendose de asco.