lunes, 5 de agosto de 2013

Había una vez una niña...

Era verano.

Vivíamos en la casa grande del pueblo y la familia de mi agresor sexual tenían un piso en el mismo pueblo.
Solamente lo usaban en temporada de verano.
Yo siempre me alegraba de que vinieran, porqué así siempre podía pasar rato con S.

Pero hubo un año que dejó de ser feliz para mi.
El hermano mayor de S, decidió que también iba a amargarme el verano.

Entonces ya no tenía seis años, tendría doce, creo, mi mente no puede recordarlo del todo bien.
Recuerdo que mis padres trabajaban de noche en el mundo de la música y la hostelería y pusieron la confianza en dejar de canguro a el hermano mayor se S al que vamos a llamar Ismaél (para no poner su auténtico nombre)en nuestra casa durante unas semanas (unos días en los que nuestra canguro oficial no podía venir)

Recordar todo aquello me repugna y aún ahora me hace llorar.

Recuerdo cómo él subía a las habitaciones y intentaba que todos mis hermanos estuvieran dormidos.
Luego entraba en mi habitación (yo dormía con mi hermana menor) y él se sentaba al lado de mi cama, con la luz apagada y nos decía que nos iba a contar un cuento.
No sé que cuento estaba contando, yo solo recuerdo sus asquerosas manos recorriendo mis partes íntimas y yo llorando en silencio.
Hubo un momento en que sí que salí de las lágrimas porqué oí a mi hermana decir:

- ¿Y luego que pasó?

Vi que Ismaél se estaba perdiendo en el cuento.
Estaba mezclando dos cuentos a la vez y era incapaz de volver al hilo de la historia.

Recuerdo que terminado su nefasto intento de cuento, me "invitó" a bajar al comedor con él para que estuviéramos a solas.
No recuerdo que llevaba puesto yo.
Solo recuerdo lo que llevaba él.
Porqué recuerdo que se quitó la camiseta y llevaba un bañador que éstos que son estilo pantalón corto.
me quitó la goma del pelo y me puse a llorar.

Y me dijo que no llorara que la goma estaba  rota que la cosiera.

Yo lo dije que no sabia coser. El me enseñó. Se suponía que tenía que darle la vuelta a la goma de pelo.
Una cosa muy extraña.
Me sentó encima suyo y rápidamente noté que aquello no era normal.

Nada tenía sentido: Yo encima de un tipo, pero el me manejaba y yo estaba notando cómo se estaba excitando.
No entendía muy bien del todo, pero algo sabía.
Sabía que estaba abusando de mi y no me gustaba. No sabía cómo pararlo y tenía miedo.
Le dije que la goma ya estaba arreglada y que me iba a la cama.
Me dijo que no.

Intenté escabullirme, pero si me ponía de pié intentaba de nuevo que me sentara (ésta vez de frente) y fué peor, porqué no quería verle.

Finalmente (aquella noche me pude escapar) 

Subí en la habitación mi hermana dormía y yo lloraba, lloraba sin parar, en silencio, pegada en la almohada.
No podía creer que Ismaél hubiera llegado hasta aquí con éso.
Hubo un impacto fuerte a los seis años. Luego tocamientos cada vez que nos veíamos, pero aquél día me pilló por sorpresa y no tenía intención de parar.

Quería herirme hasta el final.

Continuará...






6 comentarios:

  1. Uff... no imaginas el odio y la repulsión que siento por quienes hacen eso.

    Imagínate que proteges a la niña que fuiste, que entra tu yo de hoy por la puerta y la salva, metiéndole a ese tío un palo por dónde la espalda pierde el nombre.

    Cada día te admiro más.

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    1. Sería increíble poder hacer éso, pero por desgracia yo ya no puedo recuperar mi infancia.
      Pero he sido valiente (recuerdo que nunca es tarde para hablar y decir que alguien ha sido abusado) porqué yo me estoy cicatrizando a misma y ya no puedo recuperar mi infancia, pero te aseguro que voy a ayudar a que muchos niños no la pierdan.

      Y lo de la admiración...jolines, gracias, me sonrojas, en serio, simplemente intento ser fuerte. No puedo rendirme ahora. Ya no. Me he rendido demasiadas veces.

      Yo te admiro por otras cosas. Tu solidaridad anónima y tu vuelco en la sociedad.

      Eres un cielo.

      Muchos besotes!

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  2. Una pregunta:
    Cuando viste claro que lo tenías que contar? y de donde sacaste las fuerzas?
    Te admiro!

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    1. Buenísima pregunta.
      Aún hoy me lo pregunto.

      El "ver claro cuando contarlo" depende mucho del caso de la persona. De la historia que haya vivido.
      En mi caso. Yo por culpa de los abusos abandoné a mi familia durante 5 años aproximadamente y pagué el daño que me hizo mi agresor con ellos (por no querer contar la verdad)

      Cuando decidí reconciliarme con mi familia, a raíz de una nueva pareja (mi actual pareja) me enteré que mi agresor sexual andaba por el pueblo y un dia, decidí hablarlo con mis padres.
      No podía más.

      Y éso que me prometí a mi misma que nunca se lo diría a mis padres (solo lo sabían los psicólogos y mi pareja)

      Pero al final por un motivo u otro, si eres fuerte y quieres vivir, ésto sale.
      Y las fuerzas, en mi caso las saqué de la confianza y amor de mi familia (nunca sabes si te van a apoyar o no, pero sabes que no te puedes callar) y que no estás sola.

      Y cuando te armas de valor, has cultivado ésta fuerza (temblorosa) pero lo cuentas.
      Somos muy pocas las que lo contamos, y muchos los abusadores y víctimas.

      Gracias por el interés y un abrazo.

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  3. Y tu como te sientes despues de haberlo contado?
    Un abrazo

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    1. Pues tengo una mezcla de sentimientos, claro.
      Por una parte, muuuuy aliviada, sino no lo escribiria.
      Por otra parte vuelve el dolor del recuerdo, etc...

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